Empezamos a recuperarnos de una neumonía. ¿Cómo nos ha llegado? Mira, sin darnos cuenta. Veo que no me viene de fábrica el sexto sentido maternal para detectar los virus del polluelo. Vaya, que al final hemos tenido que correr, claro siendo nosotros: ¿qué íbamos a hacer, si no era correr?
Seguramente hay pocas cosas tan reconstituyentes como verlo recuperar la sonrisa, o como cambia los lloros por ganas de jugar. Te busca con la mirada, gatea a tu alrededor y se ríe cuando tiene su galleta en las manos...Ha recuperado las ganas de comer a todas horas, y pocas cosas te hacen sentir tan profundamente bien.
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